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viernes, 25 de noviembre de 2016

Estupidez humana

La humanidad se encuentra (y sobre esto el acuerdo es unánime) en un estado deplorable. Ahora bien, no se trata de ninguna novedad. Si uno se atreve a mirar hacia atrás, se da cuenta de que siempre ha estado en una situación deplorable. El pesado fardo de desdichas y miserias que los seres humanos deben soportar, ya sea como individuos o como miembros de la sociedad organizada, es básicamente el resultado del modo extremadamente improbable (y me atrevería a decir estúpido) como fue organizada la vida desde sus comienzos. Desde Darwin sabemos que compartimos nuestro origen con las otras especies del reino animal, y todas las especies -ya se sabe- desde el gusanillo al elefante tienen que soportar sus dosis cotidianas de tribulaciones, temores, frustraciones, penas y adversidades. Los seres humanos, sin embargo, poseen el privilegio de tener que cargar con un peso añadido, una dosis extra de tribulaciones cotidianas provocadas por un grupo de personas que pertenecen al propio género humano. Este grupo es mucho más poderoso que la Mafia, o que el complejo industrial-militar o que la Internacional Comunista. Se trata de un grupo no organizado, que no se rige por ninguna ley, que no tiene jefe, ni presidente, ni estatuto, pero que consigue, no obstante, estar en perfecta sintonía, como si estuviese guiado por una mano invisible, de tal modo que las actividades de cada uno de sus miembros contribuyen poderosamente a reforzar y ampliar la eficacia de la actividad de todos los demás miembros. Las 5 leyes de la estupidez humana Artículo de un reconocido economista en el que cuenta por qué los estúpidos son peligrosos y cómo luchar contra ellos. El historiador y economista italiano Carlo Cipolla intentó responder de forma exhaustiva el interrogante acerca de la naturaleza de la estupidez. Largos años de investigación lo llevaron a formular varias "leyes fundamentales de la estupidez humana" que son válidas en cualquier sociedad. Resulta que la estupidez en sí misma es mucho más peligrosa que lo que generalmente nos parece. Primera ley de la estupidez La persona subestima la cantidad de estúpidos que la rodean. Suena como el estatus en facebook de una niñita mimada pero la vida se ha encargado de mostrar que es cierto. Sin importar la opinión que tengas de la gente, siempre te encontrarás con las siguientes situaciones: La persona que siempre lució inteligente y racional acaba por ser un verdadero estúpido. Los estúpidos siempre aparecen en los momentos y lugares más inesperados e inconvenientes para destruir tus planes. Segunda ley de la estupidez La probabilidad que una persona sea estúpida no depende de sus otras cualidades. Años de observación me confirmaron que las personas no son iguales, algunas son estúpidos y otras no. Esto es una caracteristica impuesta por la naturaleza y no por factores culturales. El ser estúpido es una particularidad que se tiene o no, tal como el tipo de sangre, el color de piel o de cabello. El nivel educativo no tiene nada que ver con la probabilidad de encontrar más o menos estúpidos en un círculo social determinado. Eso fue confirmado por numerosos experimentos llevados a cabo en universidades y sobre cinco grupos de personas: estudiantes, trabajadores de oficina, personal de servicios generales, ejecutivos y profesores. Luego de analizar el grupo de trabajadores con bajo nivel educativo el número de estúpidos resultó ser mayor de lo que yo pensaba (primera ley), luego procedí a clasificarlos de acuerdo a condiciones sociales: pobreza, segregación, educación insuficiente. Pero al ascender en la escala social me encontré con la misma proporción de personas inteligentes e estúpidos que entre los trabajadores de cuello blanco y los estudiantes. Lo que más me impresionó fue que en el caso de los profesores (ya se tratase de una institución local o una gran universidad) la misma proporción de educadores mostraron ser estúpidos. Estaba tan sorprendido por los resultados que decidí llevar a cabo el experimento en una élite de intelectuales: ganadores del premio nobel. Eso confirmó la fuerza absoluta de la naturaleza: el resultado fue que la misma proporción de laureados resultaron ser estúpidos. Para muchos la premisa de la segunda ley es dificil de aceptar pero numerosos experimentos confirman que es una verdad de hierro. Las feministas estarán de acuerdo con ella por cuanto afirma que la cantidad de mujeres estúpidos no es mayor a la de hombres estúpidos, así como los habitantes de un país del tercer mundo se confortan al decir que los países desarrollados no lo son tanto. Las conclusiones de la Segunda ley asustan: ya sea que te codees con la crema y nata de la sociedad británica (por ejemplo) o te mudes a Polinesia con el fin de hacerte amigo de los cazadores locales; aunque te confines en un montasterio o pases el resto de tu vida en un casino rodeado de mujeres de pago siempre tendras que soportar a la misma cantidad de estúpidos cuyo número (tal y como lo dice la Primera Ley) siempre superará tus expectativas. Tercera ley de la estupidez Un estúpido es una persona cuyos actos tienen consecuencias negativas en la vida de otra persona o grupo de personas sin que eso le traiga algún tipo de beneficio a él mismo, pudiendo incluso dañarlo. La tercera ley propone que todas las personas se dividen en cuatro grupos: incautos (IC), Inteligentes (IN), malvados (M) e estúpidos (E). Si Pedrito ejecuta una acción que tiene por consecuencia pérdidas en la vida de otra persona pero le trae beneficios a Juanito entonces el primero hará parte del grupo de los Incautos (IC). Si Pedrito hace algo que le trae benefício a él y a Juanito entonces se dice que es inteligente (IN). Si las acciones de Pedrito le traen beneficios a él y Juanito sufre las consecuencias, entonces podemos decir que Pedrito es un malvado (M). Finalmente, Pedrito sería un estúpido (E) si se encuentra en la parte perdedora en todos los casos. No es dificil imaginarse la escala del daño que pueden causar los estúpidos si por algún motivo llegan a tener acceso a los organos políticos o sociales dirigentes. Pero vale la pena especificar qué es lo que hace que sean tan peligrosos. La gente estupida es peligrosa porque para las personas racionales es muy dificil comprender la lógica de comportamiento irracional. Una persona inteligente es capaz de entender la lógica de un malvado porque el malvado es racional y su única intención es conseguir más riqueza pero no es lo suficientemente listo para ganarla rápido legalmente. El malvado es predecible y por eso es posible defenderse de él. Pronosticar las acciones de un estúpido no es posible, por lo tanto atacará y herirá sin razón, sin un objetivo y sin un plan, en el lugar menos esperado a la hora menos apropiada. No es posible predecir cuando el estúpido dará su próximo golpe. Al confrontarse contra uuna persona así, el inteligente está casi a merced de la estupidez de su contendiente que actúa de forma erratica y muy peligrosa. El ataque de un estúpido casi siempre ocurre cuando tenemos baja la guardia. Incluso cuando el ataque se vuelve evidente es muy difícil defenderse porque carece de estructura racional. De esto hablaba Schiller cuando decía: "Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano". Cuarta ley de la estupidez Los que no son tontos siempre subestiman el potencial destructivo de los que sí lo son. En especifico, los "no-estúpidos" siempre olvidan que relacionarse con un estúpido en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia es un error que le saldrá caro en el futuro. Los incautos (grupo IN) por lo general no son capaces de reconocer el peligro que representan los estúpidos (grupo E), lo que no es sorprendente. Lo que sí lo es es que los estúpidos también subestiman a los inteligentes y a los malvados. En presencia de un estúpido ellos se relajan y se ufanan de su superioridad intelectual en vez de reaccionar de inmediato y llevar al mínimo el daño que sin duda alguna causará el estúpido con alguno de sus actos. El estereotipo generalizado es que el tonto sólo se hace daño a sí mismo. No, no hay que confundir a los estúpidos con los pobres incautos. Nunca se debe entablar ningún tipo de alianza con los estúpidos pensando que será posible usarlos para obtener un beneficio. De hacer eso será evidente que no se tiene claro el funcionamiento de la naturaleza del estúpido. En ese caso se le estaría dando la oportunidad de deambular alrededor y causar daño. Quinta ley de la estupidez La estupidez es el tipo de personalidad más peligroso que existe. Por consiguiente: Un estúpido es más peligroso que un malvado. El resultado de las acciones de un malvado ideal es una simple transición de riquezas de una persona a otra, algo que a grandes rasgos le da igual a la sociedad. Si todos los miembros de esa comunidad fueran malvados ideales lo único que ocurriría es que todo empezaría a podrirse poco a poco pero no habría una catástrofe. Todo el sistema se basaría en la transición de riquezas a favor de quien tome acciones para lograrlo y tal como todos serían malvados ideales entonces la situación sería, en pocas palabras, estable. Es fácil ver un ejemplo de ello en cualquier país cuyos dirigentes sean corruptos y cuyos ciudadanos ignoren las normas constantemente. Cuando los estúpidos entran a escena el cuadro cambia completamente. Ellos causan daño sin dejar ningún tipo de ganancia. La riqueza se destruye y la sociedad empobrece. La historia confirma que sin importar el periodo un país progresa siempre y cuando haya personas suficientemente inteligentes en el poder que sepan mantener a los estúpidos activos al margen sin permitirles destruir lo que los inteligentes han logrado. En un país con economía en retroceso existe la misma cantidad de estúpidos pero la cúpula de la sociedad cuenta con más estúpidos y malvados, mientras que el resto de la sociedad está conformada por incautos. Tal configuración fortalece las consecuencias destructivas de los estúpidos y todo el país se va al diablo. Genial: http://tinyurl.com/hkplc8x Estúpido: Persona que causa daño a otra, y no sólo no obtiene ningún tipo de beneficio, sino que además se provoca daño a sí mismo; que muestra torpeza o falta de entendimiento para comprender las cosas. En esa inmensidad de estúpidos que nos rodea destaca un grupo importante por su malevolencia o que alevosamente busca sacar provecho de situaciones que urde de inmediato si se le presenta la oportunidad, sin consideración de ningún tipo. Es el caso de los falaces que ponen a correr infundios para satisfacer sus bajos instintos, o preparan el marco para tratar de pescar en río revuelto. A estos habría que sumarles la caterva de adeptos que buscan congraciarse con sus ídolos de pies de barro, hacerse los graciosos, o expiar culpas por sus yerros cometidos (hoy, muy frecuente, la adhesión a modelos políticos fracasados), estos seguidores mediocres que no chequean nada, comparten todo y creen cualquier cosa, cómplices del comadreo, que buscan la lisonja de sus admirados, equivocados, frustrados, fáciles de encandilar, veletas que se mueven según les sople el viento, con complejos de superioridad, que miran por encima del hombro; le hacen el coro a los infundios desatados sin que les importe un ápice la veracidad o no de las cosas, sin dar lugar al beneficio de la duda, y sometiendo al escarnio a las víctimas. Ante el objetivo y con la determinación de emprender su miserable empeño de contaminación, de envenenamiento, de aborrecimiento, de enlodamiento; muestran exacerbación de su condición de estúpidos y lucen precipitados en su afán de daño, de denigración, poco les importa echar a la basura el prestigio de las personas, precisamente porque esa es la finalidad, la animosidad los motiva. Dadas estas circunstancias es factible que las víctimas de estas acciones reaccionen de manera equivocada e incurran en estupideces, esto es difícil de sortear, por lo que se produce una suerte de círculo vicioso. El trabajo de Carlo M. Cipolla (Las leyes fundamentales de la estupidez humana) busca neutralizar una de las más poderosas y oscuras fuerzas que impiden el crecimiento del bienestar y de la felicidad humana: ¡ardua tarea! Proverbia: http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=294